Los empastes dentales son un tratamiento dental muy común utilizado para reparar y restaurar dientes que han sido dañados por caries o desgaste. Este procedimiento no solo previene el deterioro adicional del diente afectado, sino que también ayuda a recuperar su función y apariencia original. En muchas ocasiones, las personas no saben que tienen una caries hasta que el dolor o la sensibilidad dental se hacen presentes, lo que hace que los empastes sean una solución clave para evitar problemas mayores. Si estás considerando realizarte un empaste, o ya tienes uno, es fundamental que consultes con un dentista en Pozuelo, quien te guiará en el mejor tratamiento según tus necesidades.
¿Qué es un empaste dental?
Un empaste dental es un material que los dentistas utilizan para rellenar cavidades en los dientes que han sido dañados por caries o fracturas. El proceso consiste en eliminar la parte afectada del diente y rellenar el hueco con un material que pueda restaurar la forma y función original del diente. Los empastes no solo protegen la estructura del diente, sino que también evitan que las bacterias sigan dañando el diente desde el interior. Dependiendo del tipo de daño, la ubicación del diente y las preferencias del paciente, se pueden utilizar diferentes tipos de materiales para el empaste.
Tipos de materiales utilizados en los empastes
1. Empastes de amalgama
Los empastes de amalgama están hechos de una mezcla de metales, que incluyen plata, mercurio, cobre y estaño. Este tipo de empaste ha sido utilizado durante más de un siglo debido a su durabilidad y resistencia. Una de las principales ventajas de los empastes de amalgama es que son ideales para las muelas, donde la fuerza de masticación es mayor. Sin embargo, la principal desventaja es su color metálico, que lo hace menos estético. Aunque son muy duraderos, no son la mejor opción para dientes visibles como los incisivos o caninos.
2. Empastes de composite
Los empastes de composite están hechos de una resina plástica que se puede mezclar para que coincida con el color del diente natural. Son una opción estética, ideal para los dientes frontales o áreas visibles de la boca. La principal ventaja de los empastes de composite es su apariencia natural, ya que se mimetizan perfectamente con el color del diente. Sin embargo, no son tan duraderos como los empastes de amalgama y pueden necesitar ser reemplazados cada 5-10 años. Además, son un poco más caros que los empastes de amalgama debido a la complejidad de su colocación.
3. Empastes de cerámica
Los empastes de cerámica, también conocidos como incrustaciones, están hechos de porcelana y son una excelente opción para quienes buscan una durabilidad excepcional y una apariencia natural. La porcelana es resistente a las manchas y es estéticamente superior, lo que la convierte en una de las opciones más populares para los dientes visibles. Sin embargo, los empastes de cerámica son más caros que los de composite o amalgama. Su colocación también requiere dos visitas al dentista, ya que el empaste se fabrica en un laboratorio dental antes de ser colocado en el diente.
4. Empastes de oro
Los empastes de oro son una opción menos común en la actualidad, pero siguen siendo valorados por su durabilidad y longevidad. Estos empastes pueden durar más de 20 años, pero su costo es significativamente mayor que el de otros tipos de empastes. A pesar de su durabilidad, los empastes de oro no son muy utilizados debido a su alto precio y a su apariencia poco estética. Sin embargo, para las personas que buscan un material resistente y no les preocupa tanto el aspecto visual, pueden ser una excelente opción.
¿Cuándo se necesita un empaste dental?
Un empaste dental es necesario cuando el diente ha sido afectado por caries, fracturas o desgaste. Las caries son causadas por bacterias que producen ácidos que descomponen el esmalte dental, creando agujeros o cavidades en los dientes. Si no se tratan, las caries pueden provocar infecciones más graves y la pérdida del diente. Además de las caries, los empastes también se utilizan para reparar dientes fracturados o desgastados debido al bruxismo, que es el hábito de rechinar o apretar los dientes. Si experimentas dolor o sensibilidad en un diente, es probable que necesites un empaste para solucionar el problema.
El proceso de colocación de un empaste
El procedimiento para colocar un empaste dental es rápido y sencillo. Primero, el dentista aplicará anestesia local para adormecer la zona afectada. Luego, se utiliza un instrumento de perforación o un láser para eliminar la caries o el tejido dañado. Una vez que la cavidad está limpia, el dentista prepara el área para el empaste, aplicando adhesivos para asegurar que el material se adhiera correctamente al diente. Finalmente, el empaste se coloca en capas y se endurece utilizando una luz especial en el caso de los empastes de composite. Después de esto, se pule el empaste para garantizar que se ajuste cómodamente en la boca y que no interfiera con la mordida.
Cuidados después de un empaste dental
Después de colocarte un empaste, es importante seguir ciertos cuidados para garantizar su durabilidad. Aquí tienes algunos consejos útiles:
- Evita comer alimentos muy duros o pegajosos que puedan dañar el empaste.
- Mantén una buena higiene dental, cepillándote los dientes al menos dos veces al día y utilizando hilo dental diariamente.
- Realiza revisiones dentales periódicas para que el dentista pueda evaluar el estado del empaste.
Recuerda que, aunque los empastes están diseñados para durar muchos años, su vida útil dependerá en gran medida de los cuidados diarios que le des a tus dientes.
¿Cuánto tiempo dura un empaste dental?
La duración de un empaste dental depende en gran medida del material utilizado y del cuidado dental del paciente. Por ejemplo, los empastes de amalgama pueden durar entre 10 y 15 años, mientras que los empastes de composite suelen durar entre 5 y 10 años. Los empastes de cerámica y oro, por su parte, son mucho más duraderos, pudiendo durar más de 20 años. Sin embargo, es importante recordar que la longevidad del empaste también depende de factores como la ubicación del diente, la fuerza de la mordida y los hábitos alimenticios del paciente.
¿Qué hacer si se cae un empaste?
Si se cae un empaste dental, es importante que actúes con rapidez para evitar complicaciones. Lo primero que debes hacer es ponerte en contacto con tu dentista para que pueda evaluarte y decidir si es necesario reemplazar el empaste. Mientras esperas tu cita, puedes seguir estos pasos:
- Enjuaga tu boca con agua salada para mantener la zona limpia.
- Evita masticar con el diente afectado.
- Si sientes dolor, puedes tomar un analgésico de venta libre.
Recuerda que es importante acudir al dentista lo antes posible para evitar daños mayores en el diente.